viernes, 16 de septiembre de 2011

Meditación.-

Todos los anhelos profundos y subjetivos del ser humano tienen su lugar común en el Alma. Un Alma que anhela responder a los mandatos y obligaciones de un Espíritu que la rige. Un Alma que debe esperar largos eones de evolución para cumplir con Su trabajo.
 Podemos afirmar, entonces, que no existe persona alguna profundamente “atea” y que el Espíritu cristiano lo impregna todo, hasta aquellos seres que se proclaman “ateos” y quieren ser felices, algo contradictorio. Contradictorio porque se busca “algo” que abunda y permanece esperando en el Alma Grupal, de la cual el Alma del sujeto se desprende, al mismo tiempo que su mente rechaza toda idea de profundidad y subjetividad, realizándose la búsqueda externamente, aventurándose hacia la insatisfacción por la estrechez y rigidez mental transitoria que le toca atravesar.
 Todo aquel que por la experimentación vívida de la insatisfacción ha tenido la posibilidad, y la ayuda, de ampliar sus horizontes (mentales en un comienzo), y desprenderse de viejos cánones heredados y de otros tantos conceptos creados por sí mismo que han logrado con el tiempo retenerlo, se disponen, mentalmente, a abrirse a nuevos conceptos con lo que se aventuran a otro tipo de búsqueda por haber entendido duramente que el método materialista o externo que practicaban no logro satisfacer sus necesidades profundas, al mismo tiempo que entendiendo eso “Agradecen y glorifican” no haber quedado sujetos en ese proceso.
 El camino mismo conduce, ordenada y sabiamente hasta el “lugar” de la Meditación. Al comenzar un proceso meditativo uno dice: “afuera no encontré nada, ahora busco adentro”.
 En este nuevo camino todo comienza a diferenciarse, y se conocen las obstrucciones físicas, emocionales y mentales que impedían un pacífico desarrollo del Alma, como también de la vida de la personalidad en el mundo.
 El trabajo comenzó y, aunque no conscientemente,  se está trabajando sobre los tres aspectos cada vez más profunda y simultáneamente. 
 Una vez en el camino todo se va sintetizando cada vez más y el Alma toma el control de todas las actividades de la personalidad hasta tomar el control de la base central de conducción de la personalidad inferior, la mente inferior.
Cuando el Alma logra reducir el viejo orden déspota que mantenía cautivo a Su instrumento, el llamado se acrecienta en intensidad,  e inevitablemente es seguido y buscado por el Hombre.
 Comienza la Meditación. Proceso científico a través del cual tenemos la posibilidad de trabajar sobre los cuerpos y aspectos que conforman, organizan y rigen la vida, desde el plano burdo de la personalidad, desde el plano sutilizado del Alma, y desde Aquel plano Sutil del Espíritu que todo lo rige.
 El dicho proceso, el Hombre busca unir su parte más cercana, con otra más profunda y prometedora, en la cual cree profundamente. Creencia y aspiración que lo vitaliza para el proceso de ciega búsqueda, sin abandonar por no ver, persistiendo por sentir.
 La personalidad se une con el Alma gradualmente y cada vez más conscientemente. Eso ocurre todas las mañanas, y se mantiene durante el día entero hasta que el estado meditativo cualifica la vida de la personalidad en todo momento.
 Personalidad que el Alma ha logrado impresionar, y a través de la cual se dispone a trabajar intensamente, sobre y a través de la misma.

jueves, 1 de septiembre de 2011

8 Reglas para evitar la murmuración y mejorar las relaciones humanas.

Amor. Alejarnos de los juicios y críticas para con nuestros semejantes, contemplando amorosamente la vida ajena sin separarla de la nuestra, ya que para criticar o murmurar uno debe alejarse o separarse del objeto de murmuración.
Incluir todo y a todos dentro del aura de nuestro Amor, donde no existen las separaciones.
Comprensión. Creencia, estudio y conocimiento de las Leyes de Evolución que rigen a la totalidad de las manifestaciones y aplicar dicho conocimiento en las relaciones interpersonales, analizando y contemplando todo desde esa perspectiva y entendiendo, por consiguiente, que todo se ajusta al proceso evolutivo de cada ser siendo innecesarias la crítica y la murmuración, por la comprensión de la realidad interna subyacente y activa en ese momento, teniendo en cuenta que se modificara por estar todo sujeto al avance y al “retorno al Hogar del Padre”.
Realidad. Conocimiento de las Leyes de Evolución y el camino realizado por uno para poder ubicarnos en un lugar “real” e inclusivo, donde todo se analiza y contempla de acuerdo a camino atravesado, aparentemente, por el Alma contemplada.
De esta manera podemos reconocer que hemos caminado algo más que otro y que tenemos la posibilidad de orientar, como también reconocer a aquellos que han caminado más que uno, produciendo una actitud simple y consciente, que no critica ni excluye elemento alguno en la creación, sino que lo comprende tal cual es y no le exige más de lo correspondiente según su etapa evolutiva y experiencias atravesadas.
Control mental. Amor aplicado a cada inspiración y expiración. Contemplando todo desde el plano del Alma y controlando así a la personalidad trabajadora. Quien se sitúa en el plano del Alma, y desde ese elevado lugar controla su personalidad en la vida diaria no critíca ni murmura, ya que dichas acciones pertenecen a la personalidad y están, por consiguiente, en un nivel inferior.
Inofensividad. Cada pensamiento, palabra o acción son vitalizados por la energía individual del creador, sea este consciente o inconsciente. Cada uno de nuestros pensamientos son creaciones personales por lo que debemos vigilar profundamente a cada uno de ellos, conocer su procedencia su objetivo y su destino para que no resulte ofensivo, ya que de esa manera, seamos consciente o no, podemos perjudicar a otro algo que debemos evitar.
Tolerancia. Actitud basada en la comprensión, realidad y el Amor.                                          
Libre albedrío. Servir sin inmiscuirse en la vida ajena. Aceptando las decisiones que nuestros hermanos toman para con sus propias vidas, aunque uno crea que no son las mejores pueden serlo desde el lugar de aquel que las tomó.  De esta manera no criticamos ninguna acción o decisión de un semejante.
Simplicidad. Simplicidad profunda basada en un conocimiento de las leyes evolutivas y del propio camino transitado, fluyendo armónicamente y sin destacarse o llamar la atención en reuniones y solo usar la palabra cuando sea oportuno y necesario, ya que para destacarse socialmente muchas veces se opta por dar el control a la personalidad en las relaciones diarias, y es la misma personalidad inferior la que sucumbe ante su necesidad y no controla sus palabras ofensivas o que quieren hacer sobresalir sus propios asuntos. Simplicidad más que humildad. Para ser humilde, hay que ubicarse en un lugar elevado y desde ahí tratar de no pensar en ese lugar, algo contradictorio. Mientras que permaneciendo en el servicio sobre los mismos pies, la simplicidad colora la vida y es un poderoso factor atractivo que hace posible el servicio.