jueves, 1 de septiembre de 2011

8 Reglas para evitar la murmuración y mejorar las relaciones humanas.

Amor. Alejarnos de los juicios y críticas para con nuestros semejantes, contemplando amorosamente la vida ajena sin separarla de la nuestra, ya que para criticar o murmurar uno debe alejarse o separarse del objeto de murmuración.
Incluir todo y a todos dentro del aura de nuestro Amor, donde no existen las separaciones.
Comprensión. Creencia, estudio y conocimiento de las Leyes de Evolución que rigen a la totalidad de las manifestaciones y aplicar dicho conocimiento en las relaciones interpersonales, analizando y contemplando todo desde esa perspectiva y entendiendo, por consiguiente, que todo se ajusta al proceso evolutivo de cada ser siendo innecesarias la crítica y la murmuración, por la comprensión de la realidad interna subyacente y activa en ese momento, teniendo en cuenta que se modificara por estar todo sujeto al avance y al “retorno al Hogar del Padre”.
Realidad. Conocimiento de las Leyes de Evolución y el camino realizado por uno para poder ubicarnos en un lugar “real” e inclusivo, donde todo se analiza y contempla de acuerdo a camino atravesado, aparentemente, por el Alma contemplada.
De esta manera podemos reconocer que hemos caminado algo más que otro y que tenemos la posibilidad de orientar, como también reconocer a aquellos que han caminado más que uno, produciendo una actitud simple y consciente, que no critica ni excluye elemento alguno en la creación, sino que lo comprende tal cual es y no le exige más de lo correspondiente según su etapa evolutiva y experiencias atravesadas.
Control mental. Amor aplicado a cada inspiración y expiración. Contemplando todo desde el plano del Alma y controlando así a la personalidad trabajadora. Quien se sitúa en el plano del Alma, y desde ese elevado lugar controla su personalidad en la vida diaria no critíca ni murmura, ya que dichas acciones pertenecen a la personalidad y están, por consiguiente, en un nivel inferior.
Inofensividad. Cada pensamiento, palabra o acción son vitalizados por la energía individual del creador, sea este consciente o inconsciente. Cada uno de nuestros pensamientos son creaciones personales por lo que debemos vigilar profundamente a cada uno de ellos, conocer su procedencia su objetivo y su destino para que no resulte ofensivo, ya que de esa manera, seamos consciente o no, podemos perjudicar a otro algo que debemos evitar.
Tolerancia. Actitud basada en la comprensión, realidad y el Amor.                                          
Libre albedrío. Servir sin inmiscuirse en la vida ajena. Aceptando las decisiones que nuestros hermanos toman para con sus propias vidas, aunque uno crea que no son las mejores pueden serlo desde el lugar de aquel que las tomó.  De esta manera no criticamos ninguna acción o decisión de un semejante.
Simplicidad. Simplicidad profunda basada en un conocimiento de las leyes evolutivas y del propio camino transitado, fluyendo armónicamente y sin destacarse o llamar la atención en reuniones y solo usar la palabra cuando sea oportuno y necesario, ya que para destacarse socialmente muchas veces se opta por dar el control a la personalidad en las relaciones diarias, y es la misma personalidad inferior la que sucumbe ante su necesidad y no controla sus palabras ofensivas o que quieren hacer sobresalir sus propios asuntos. Simplicidad más que humildad. Para ser humilde, hay que ubicarse en un lugar elevado y desde ahí tratar de no pensar en ese lugar, algo contradictorio. Mientras que permaneciendo en el servicio sobre los mismos pies, la simplicidad colora la vida y es un poderoso factor atractivo que hace posible el servicio.

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