martes, 9 de agosto de 2011

El coraje del Constructor.

El coraje del Constructor.

El proceso de reconstrucción personal puede compararse con el constructor que quiere levantar una casa nueva en donde se encuentra una antigua con peligro de derrumbe, cuyos cimientos están apolillados huecos por dentro.
Aquel que quiera construir para la eternidad va poner todos sus esfuerzos y asegurarse en limpiar profundamente y en “las verdaderas profundidades” donde residen las causas de las polillas.
 Aquel constructor mas superficial, en su apuro por ver “su obra realizada” va a hacer solo una limpieza superficial de lo mas evidente a los ojos públicos de la zona en la que intentará construir, descuidando las causas que han originado la situación actual.
 El constructor eterno va, con el tiempo, acostumbrando sus ojos a las “causas de derrumbe de edificios”, y conoce las que pertenecen a su propio proyecto como también las demás. En un comienzo se espanta pero se va fortaleciendo cada vez mas alimentando su necesidad de limpieza yendo cada vez mas profundo para extirpar las “profundas causas” a fin de que su construcción no corra peligro.
 Ha pasado tiempo ya y todavía no ha colocado ladrillo alguno, ni siquiera tiene en su mente tal cosa, solo se preocupa por una profunda limpieza.

El otro constructor, apenas ve salir una rata de las excavaciones se asusta y comienza a construir sin pensar que por debajo puede que existan polillas y ratas que atenten contra su construcción.
El primero las elimina, el segundo las tapa.

Al emprenderse la ardua tarea de reconstrucción debemos tener en cuenta que existen “causas” que producen “efectos”.
 Dichos efectos son las barreras que sentimos y deseamos eliminar, y sus causas pueden ser a la vez efectos de causas mas profundas (y así sucesivamente). Por ej. al tener que tomar una decisión importante, el temor se apodera de nosotros y no nos permite avanzar. Ese temor es la “causa” de un estancamiento temporal, hasta que tengamos nuevamente otra posibilidad. Al mismo tiempo ese temor que fue causa,  puede ser el “efecto” de una causa mas profunda aún que fue gestante del temor.

El coraje reside en la continua búsqueda de causas cada vez mas profundas, sin prestar atención a los sufrimientos que pueda ocasionar tal reconocimiento.
 Estar dispuesto a conocerse como egoísta, manipulador, maniático, miedoso, soñador, engañador… teniendo en cuenta que ese conocimiento es el primer paso para poder deshacerse de tales cargas.
 Aceptarnos tal como somos.
Lo que condiciona el tipo y forma de la búsqueda y la necesaria disciplina fortaleza y persistencia, en el proceso de limpieza previo, es “el propósito” por lo cual se va a construir.  No es lo mismo una casa para recibir a una persona, que una casa para albergar al mundo entero.
Se dice que: …” en muchos sentidos, es mas difícil limpiar que construir”...

Cuando uno sabe lo que debe construir sabe también los elementos que va a necesitar y no necesita juntar ni cargar elementos de más, todo es cada vez mas sintético. Para que quiere uno un ladrillo cuando es necesario solamente una escoba y el impulso de limpieza.
Cuando el propósito es de naturaleza grupal, se reciben naturalmente las cosas necesarias y a su debido tiempo se presentan los hermanos que ayudarán en el proceso constructor.
 Todo forma parte de un proceso natural rítmico, que tiene su propio tiempo, el cual es inútil apurar.

Al comenzar la limpieza los ojos no están preparados para ver y conocer las profundidades, por eso es necesario el proceso ordenado, sucesivo y natura,  sin nada externo que pretenda acelerar el proceso ilusoriamente.
De esa manera llegará lo que uno este preparado para conocer y no mas, estando uno protegido y al mismo tiempo protegidos quienes nos rodean. Protección que tenemos para no ver cosas que nuestra mente no comprenda y que ponga en peligro dicha mente.
 El proceso de crecimiento debe ser lento y seguro y, al comprender la realidad de la Ley de Reencarnación uno construye sin pensar en el tiempo, paso a paso…
A medida que las cosas afloran y se las acepta sin gran revolución emocional se va uno ejercitando en el conocimiento de las causas y se va conociendo a si mismo diferenciadamente al mismo tiempo que se conocen los impedimentos que nos impiden avanzar en la construcción deseada.
 Es un punto medio donde se elige si se quiere preparar el terreno para una fuerte construcción eterna, capaz de contener al mundo entero, o solo construir algo temporal que cubra las necesidades personales del momento.

 No importa el tiempo que se demore. Puede uno pasarse la vida entera en el proceso de limpieza y  que luego llegue el momento de que otro constructor aparezca y levante la obra teniendo un suelo seguro y fértil.

 Luego las generaciones lo recordarán como aquel constructor que había estudiado mucho tiempo y luego se paso la vida entera limpiando.

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