martes, 9 de agosto de 2011

Lave/Ráp.

El que quiera “escuchar” que se lave los oídos.

El mismo proceso de limpieza (y de intento de limpieza principalmente) nos pondrá en contacto por propio esfuerzo, constancia  y paciencia, con las herramientas de limpieza necesarias.

Aquella Voz que uno anhela se encuentra adentro y constante-mente esta hablando.
Aquella voz que uno detesta y desearía silenciar por siempre se encuentra adentro y constantemente esta gritando. Pobre Insegura.

Es solo cuestión de elecciones.

Libre albedrío… “relativo”, porque uno sigue estando a merced de un  funcionamiento inteligente (Cósmico, el cual incluye, Universos, los cuales incluyen Sistemas Solares, los cuales incluyen Planetas, los cuales incluyen al Hombre, los cuales están constituidos por un cuerpo físico y órganos, los cuales están formados por atomos, y así sigue infinitamente para arriba y para abajo, estando relacionado lo mayor con lo menor y vice-versa), que afectan con sus vibraciones y movimientos, y del Tiempo pudiendo igualmente y por propia voluntad, y uso del raciocino entrenado sufrir los mejores o peores aspectos de la situación que se vive y sobre todo  que “se elige vivir”, ya que tenemos posibilidad de elegir (eso es necesario incorporarlo para no hacer responsable a factores externos a uno).

Muchas veces por comodidad, pereza o falta de voluntad el elegimos el camino mas fácil que a ningún lado conduce.

 Aquella voz que uno no quiere escuchar es de naturaleza insegura de ahí que tenga que estar gritando permanentemente a punto tal que uno, teniendo los oídos sucios y abandonados, igualmente la escuche.

 “Detrás” de esa voz mas dulce suave y santa susurra la Voz del Alma (desconocida) DIOS interno y exigente que solo se deja escuchar tras un arduo proceso de recupero limpieza y conciencia de los oídos, lo que equivale a un Renacimiento.

 Claro que a medida que uno se encuentra en ese proceso de limpieza y se pone en contacto con esa Voz Maravillosa aquella otra sigue gritando igual que lo hacia y tras haber limpiado los oídos, lógicamente, se va a escuchar mas fuerte, es un proceso doloroso…
 Solo es cuestión de orientar, desde el corazón, el oído donde queramos sin perder la concentración ni la paciencia por la voz que grita.
 Sin obsesionarnos por matar aquella voz pobre. Escuchar todo,  analizar y reconocer de donde proviene diferenciar la dualidad interna que nos conforma (las necesidades del alma y las de la personalidad) pero solo seguir los consejos santos, provenientes del Alma.

  Aquella pobre voz ira perdiendo fuerza y aburriendo, aunque no se dará por vencida. Irá en busca de más voces de la misma naturaleza y atacaran a gritos en la cabeza esperando una distracción o un momento de debilidad para conquistar…

 Es imprescindible la constante Oración interna y alimentación de la Fe, voluntad firme a prueba de Pruebas.
 Para ese momento el Alma estará llena de Fuerza, y estaremos en el camino protegidos de los peligros.

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