martes, 9 de agosto de 2011

Servicio.

 Hay que estar dispuesto a dar la Vida. Darse entero al servicio de la Luz y del Amor.
Servicio como Propósito único y actitud constante, no como actividad específica, con horario específico…

  Conocernos a nosotros mismos nos presenta ante “nuestras pobrezas” y nos da la “posibilidad de limpieza” ya que solo quien se reconoce como enfermo tiene la posibilidad de dejar de serlo.

 No hay que ser ambicioso, querer ser Sabio, querer ser LUZ, eso es imposible al ser humano en su débil condición.
 Un ser humano no puede iluminar a otro, pero si puede desear profundamente que ese otro reciba un poco de Luz que aclare su cabeza y su camino. Si esa voluntad es VERDADERA al punto que uno daría su propia vida para que eso suceda, existe algo maravilloso y santo llamado AMOR en su Real interpretación, no emocional sino energética.

Amor por todo y sobre todo.

 Hay que “Servir” para algo para no pasar por pasar por el mundo, pudiendo hacer un aporte mínimo, pero real y grupal.
“Todos tenemos algo para dar” ese Algo es la pura esencia del ser, su materia prima, Amor.

  Hay que hurgar profundo dentro para vaciar, limpiar y recién ahí dejar pasar por uno mismo la LUZ.
 Tal como el cable es transmisor de energía, no es la energía misma, es un instrumento para que esa corriente llegue desde un extremo a otro, y la Luz brille…
 No intentar transformarse en Luz, porque seria una gran perdida de tiempo vanidosa y egoísta.

 Existen, creo yo, fuerzas y Seres Hijos de Dios (llamados Maestros Espirituales) que intentan iluminar y encuentran muchos obstáculos (nosotros).
 Por eso el trabajo consiste en una limpieza profunda y real; ahí recién uno se transforma en un vehiculo nada mas (ni nada menos) por donde la Luz, (FELIZ) ha encontrado como llegar “donde Quiere” y así contribuir al desarrollo del “Plan”.

 Desapegarse de todo y de todos (no excluir ni rechazar, sino un des-pego emocional) estando uno libre de peso y solo, siendo el Alma misma la que este libre y en solitaria Paz, unida a las almas semejantes…
 El cuerpo puede estar rodeado de cuerpos sin dejar el Alma de estar en soledad ni en comunión con lo Divino.

 El alejamiento de nuestros semejantes en busca de Dios equivale a querer salvarse a uno sin interesarle la vida de los demás. Querer alejarse dejando a todos con sus problemas “solos” muestra que no existe un propósito real basado en el Amor y libre de egoísmo y se lo denomina espíritu de “separatividad” y se produce una ilusión emocional que lleva a creerse uno superior de “su hermano”. (como lo simboliza la parábola del tomate)

 Un sabio oriental oraba: …”Padre, no me lleves de aquí, si no vas a llevar a todos los que están aquí sufriendo”…

No busquemos Paz y Libertad en una montaña, encontrémosla dentro de nosotros mismos que es ahí donde nos está esperando. Y después donde fuere enviado el , esos logros arraigados al Alma no correrán peligro y las virtudes se mantendrán firmes en medio de las multitudes, el mejor campo de batalla.
 En medio del campo uno no tiene contra que luchar, comparar, investigar, conocer los pares opuestos en actividad, no existe Mal en las plantas que uno pueda conocer y dominar como los que si hay en las ciudades a montones, que pueden ser gran material educativo para quien oriente su mente en esa dirección... en aprender y crecer.

 Para dar algo a alguien necesariamente hay que tenerlo primero.
 Uno no puede invitar a nadie a sentarse a su mesa para compartir alimento estando desnutrido… ¿que habríamos de compartir? o ¿quien se aceptaría la invitación a cenar de alguien al cual ve en estado de desnutrición?

 No quieras ser Luz, porque no lo conseguirás, la Luz ya Es.
 Tampoco ser Sabio, “si Amar profundamente la Luz y la Sabiduría”, al punto de dejar TODO  para que ese Dios tenga un Alma mas para trabajar libremente en la Tierra y que la Luz sea para Todos”.

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