martes, 9 de agosto de 2011

Parábola del Agricultor y el Árbol.

Resulta que había un agricultor que plantó una semilla…
Con el correr del tiempo brotó desde el suelo un nuevo hijo de la naturaleza…
El agricultor lo cuidaba con Amor y dedicación, lo regaba con todo el alimento que tenia, le cortaba sus ramas secas….
…a medida que el tiempo pasaba el árbol crecía y ya no precisaba del cuidado del agricultor, era suficiente alimento el Sol y las Lluvias que Dios le daba y que con sus raíces fortalecidas aprovechaba.

Con el tiempo comenzaron a crecer las manzanas.
…”por el fruto se reconocerá el árbol”… Jesús.

 El agricultor, no veía que el árbol no necesitaba más que la vida que Dios le daba.
 Sabio el agricultor que no tiene apego y que no espera nada para si mismo, entiende la naturaleza tal como es y trabaja impersonalmente plantando semillas sin esperar nada mas que de un fruto que alimente a algún peregrino hambriento o bien le de un poco de sombra para descansar. Servicio impersonal.

 El agricultor había soñado con que seria un árbol de naranjas.

 El tenía necesidad de naranjas e iba una  y otra vez al árbol y le reclamaba naranjas, pero el árbol era de Manzanas porque Dios así lo había dispuesto.
 Es “Él” quien determina que de una semilla germinarán manzanas o naranjas, como también quien determina al ser humano que va a poner la semilla en la tierra, a quien hace instrumento de “Su” voluntad de plantar un árbol de manzanas.

 La necedad del agricultor no le permitía ver las manzanas que lo alimentarían, por sus ansias de naranjas.
 Iba y volvía triste y famélico una y otra vez diciéndose, como? después de tanto Amor y dedicación que había puesto, su árbol no le daba naranjas…
…porque era un Árbol de Manzanas.-

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