martes, 9 de agosto de 2011

Dios y la publicidad.

Llegará el Tiempo que todo se conocerá, para todos.
Esta escrito que no hay nada oculto que no deba ser revelado.
Eso se esta haciendo cada vez mas evidente basta solo atender a los carteles y publicidades donde ya no se promociona el producto en si sino los efectos que tendrá el consumo de ese producto sobre las personas, apuntando a la necesidades emocionales de la sociedad, y al producto.

“Refresca tu Vida”, dice el slogan de un paquete de caramelos destinado a despertar a la actividad y búsqueda, porque el mensaje actúa en la conciencia y es imperceptible, nadie creerá que un caramelo puede refrescar la vida…

Todo esta al alcance, cada vez más cerca y más… Claro!

Quien necesite refrescar su vida y lea ese cartel tendrá un chispazo interno que despertará esas ansias de buscar otra cosa, de hacer un cambio. Cambiar los muebles de lugar, comprar una planta que de vida a la casa, un corte de cabello, pintar las paredes de otro color mas vivo y nuevo acorde a la situación y necesidad actual que no es la misma que cuando se pinto aquella vez la casa. Son pequeños, grandes cambios.
En esos cambios uno esta buscando… y ese cambio simbólico y esta diciendo: …”Padre, te estoy buscando”… pues todos buscamos a Dios.
 No me refiero a un Dios de barba blanca sentado en un trono dorado con ángeles a su alrededor sirviéndolo, sino a Dios como expresión de lo verdadero, lo bello y lo santo a lo que todos aspiramos de una u otra manera, visualizándolo de diferentes maneras. Algunos lo visualizan en cosas externas y se esfuerzan por conseguirlas, otros en cosas internas o subjetivas se esfuerzan por lograrlas; pero el impulso y la búsqueda es la misma en esencia. De ahí deriva el consumismo como una búsqueda en la cosa material siendo en realidad la necesidad espiritual.

Todos vamos en la misma dirección, incluyendo tanto al que reza como al que roba.

 Intentar un cambio y otro, y otro mas, no parar de buscar e intentar.
 Cada gasto económico en pos de ese cambio y de liberación es una ofrenda. Inviértelo y volverá a ti multiplicado mas la energía, mas una porción de liberación.
 …”El dinero es manifestación de energía. Toda energía es aplicable en diferentes formas, siendo así una fuerza impersonal y ciega. Puede ser empleada en forma egoísta o altruista. En ello radica la diferencia principal”... (Alice A. Bailey)

 A medida que se busca se va encontrando, aunque no parezca hay avance y todo se va haciendo cada vez más específico y sutil el Cosmos progresa y nosotros junto con El.

Al abrir una puerta y darse cuenta que no era eso lo que se necesitaba ganamos el tener una opción menos y un conocimiento mas, si eran diez puertas ahora son nueve y en ese proceso muchas cosas quedan: la manera de reconocer la puerta, la manera de buscar la llave, la manera de abrirla, la paciencia, la persistencia, la Fe, el valor, el impulso obedecido…

 Si hay una puerta abierta de par en par es mejor no entrar, mejor quedarse afuera por más que llueva, la lluvia también viene del cielo, bendice y limpia.

 Sin duda Dios y Sus servidores se están apoderando de las mentes de los publicistas y utilizándolos como Su instrumento, como medio de difusión masiva, de los mensajes que quieren mandar al mundo, para que despertemos.
“Libérate”
“Revuélvete, encuéntrate a ti misma”(en un jugo…? es posible?)
“Conoce el Verdadero Placer”
“Sentí el  Amor”
 “Conócete a ti mismo”…
“Elige estar bien”… … y más mensajes, en las campañas publicitarias.
 Uno realmente sorprendente y avanzado que dice:
…”desarrollemos la capacidad de vernos”…
 Estemos atentos que esos mensajes muestran que lo que necesitamos y queremos está a nuestra disposición y alcance (no en el kiosco, sino en el Cielo interno que esta accesible las 24 hs los 365/6 días del año).

Vivimos en un tiempo donde los mensajes nos rodean, cosas que estuvieron mucho tiempo ocultas por grupos selectos están en las librerías al alcance nuestro.
 Somos una raza con Suerte, tengamos eso en cuenta al momento de aprovechar mejor todo lo que esta a nuestro alcance.

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