martes, 9 de agosto de 2011

Flexibilidad.

Flexibilidad.

Se dice que: “como el hombre piensa, así es el”.
También se afirma que: “el hombre crea sus propios mundos a través de sus procesos mentales”.

 Las formas mentales tanto creadas como heredadas condicionan nuestra vida y nuestra salud.
Las formas que predominan están coloreadas por temores, deseos, egoísmos…
 “La energía sigue al pensamiento”… dice que en lo que ocupemos nuestra mente ahí habrá ido nuestra fuerza, usada o desperdiciada.
 Se estudia que la mayoría de las enfermedades son originadas por desordenes emocionales.
 La naturaleza de las formas mentales creadas generarán a su vez las situaciones o experiencias de si misma polaridad, sean estas positivas o negativas.

 La flexibilidad mental es cosa sabia. El aceptar estar errado y hacer lo necesario y lo posible para modificarse y “crear nuevos pensamientos” o aceptar pensamientos de otros que han recorrido el camino antes que uno, hace posible una tras-mutación mental y crecimiento.
Se nos recomienda no luchar tratando de eliminar errores sino aplicando el método de sustitución por una nueva forma mental mas renovada y elevada, y uno aplica su energía sobre la cosa nueva y no sobre la vieja.

 Es necesaria esa flexibilidad en la experimentación y acción para des-enraizar profundas formas mentales que impiden el crecimiento y la vida pacifica. Esas viejas formas morirán por inanición al estar uno enfocado en lo nuevo sin atender a los viejo.
 Estamos condicionados por formas nocivas que nos condicionan y a merced de formas causantes de estados mentales y emocionales difíciles de manejar.

Citaré un fragmento del libro “La ciencia de las emociones” de Baghavan Das para aclarar estados emocionales.

…”La ciencia de las emociones es parte importantísima de la Ciencia del Yo y
tiene aplicación a la vida de todos los sistemas cósmicos.
Las virtudes y los vicios humanos no son ni más ni menos que las Emociones
en su mayor alcance y en estado de permanencia.
En las virtudes hay Emociones de Amor: Cortesía, Finura, Suavidad,
Miramiento, Amistad, Sociabilidad, Afabilidad, Afectividad, Familiaridad,
Modestia, Prudencia, Dulzura, Reverencia, Formalidad, Diligencia, Gravedad,
Serenidad, Sensatez, Docilidad, Humildad, Obediencia, Gratitud, Amabilidad,
Estimación , Benevolencia, Urbanidad, Indulgencia, Suavidad, Nobleza,
Benignidad, Dulzura, Ternura, Compasión, Piedad.

En los vicios hay emociones de odio: Rudeza, Brusquedad, Grosería,
Terquedad, Aspereza, Irascibilidad, Actitud, Cólera, Hurañería, Intemperancia,
Timidez, Suspicacia, Esquivez, Encogimiento, Cobardía, Rencor, Venganza,
Arrogancia, Menosprecio, Desdén, Engreimiento, Petulancia, Agresividad,
Entrometimiento, Escarnio, Altivez, Orgullo, Malevolencia…

La pregunta puede ser la siguiente:
¿Cuál es la situación en realidad? O mejor aun: ¿Cuál es la realidad de la situación?.
 Ahí uno se trasforma en químico que investiga la reacción de los elementos cuando se los hace pesar por un proceso o experiencia determinada.
 Ese químico debe ser nuestro “doble objetivo” que no sufra  ni se alarme demasiado mientras experimenta, hurga, busca y descubre cosas dolorosas. Las mismas cosas dolorosas son trasformadas en impulsoras dentro proceso químico de evolución emprendido voluntariamente. 

 Flexibilidad y constancia son necesarias para llegar a conocer la naturaleza de los elementos con los que contamos, que son a su vez (en un plano superior) los instrumentos con los que cuenta la propia Alma.

 A saber en el ser humanos lo elementos son la triple personalidad que nos conforma: mental, emocional y física.
 Al conocerse la naturaleza de los cuerpos mencionados se podrá utilizarlos a voluntad como herramientas, y no ser usado y controlado por ellos como nos sucede normalmente, pudiéndolos llevar a su máxima expresión positiva.
 Procuremos pues:
-Flexibilidad física para que el cuerpo no sea un impedimento ni una carga... no hace falta ser esbelto.
-Flexibilidad emocional trasmutando los deseos egoístas en Amor grupal al Todo y a todos.
-Flexibilidad mental aceptando las ideas espirituales que heredamos y que tenemos a nuestro alcance, que son de conciencia grupal y amorosa, llevándolas al experimento personal para comprobarlas por experiencia propia.

Flexibilidad hacia la Hermandad y el Amor. La naturaleza del Alma que nos guía.

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