martes, 9 de agosto de 2011

El Amor que Viene, el Amor que Está.

El Amor que Viene, el Amor que Está.
“Cristo en nosotros, esperanza de Gloria”
 Se afirma que existe un Dios Trascendente, Aquel en el cual todas las personas espiritualmente orientadas  creen y reconocen como el Creador de la Totalidad de la existencia; y el Dios Inmanente, aquel aspecto de la divinidad que la grandiosa personalidad manifestada hace 2000 años vino a dar a conocer, la realidad de la inmanencia de Dios en cada uno de los hombres, como también en todo lo manifestado.
 El se proclamó a Si mismo como la Luz y el Amor manifestado y anuncio, iluminándonos, que buscáramos dentro la idéntica Luz y Amor que permanece, inmanente y expectante, dentro de cada uno.
 Aquella manifestación provocó conflictos y antagonias en la Tierra…
Su “aparición” fue en respuesta y a una clamorosa invocación de la Humanidad sufriente, de la misma manera, y por la necesidad e invocación, han aparecido a lo largo de las épocas diferentes Testigos.

Con todos estos datos, espirituales y científicos, nos posicionamos desde nuestra propia vida, tiempo y plano. Para hacer de esta exposición algo práctico se hará el análisis a través de un método científico, la Ley de Analogía.
 De esta manera se ubicará lo expuesto en nuestra propia escala y plano de conciencia.
 Dios Trascendente, Espíritu individual y aliento que le da vida a la forma.
 Dios Inmanente, el Alma individualizada.
 La Humanidad, el hombre… uno mismo.

De esta manera aceptamos que Cristo vive en nosotros, en el Alma. También que dicha Alma se manifiesta para dirigir la personalidad y así llevar adelante el proceso de evolución del Espíritu, manifestado a través de un cuerpo que es dirigido por su Alma, cuando este se lo permite.

 Conociendo el mecanismo de expresión de Dios, busquemos entonces el Cristo inmanente y permitámosLe manifestarse a través de nuestra personalidad. Que el Amor que Jesús encarnó y que “está presente y vivo” en toda Alma individualizada Sea el Gran Unificador entre todas las Almas, que no son mas que expresiones aparentemente fragmentadas, pero solo una esencialmente, en el plano del Alma Una, lo que explica la verdadera Hermandad entre todo lo que existe.

En aquel momento Jesús (personalidad humana que manifestó y encarno el Amor Divino) causo disturbios y desorganización…
… actualemente, nuestro tiempo lo vivimos entre grandes disturbios y desorganizaciones de todo tipo…

En aquel momento Apareció por demanda y necesidad de la Humanidad.
…actualmente, se percibe y conoce la orientación y llamado espiritual cada vez mas fuerte por parte de todos los hombres, cada vez mas evidente, estando ocultas profundamente las invocaciones sociales en las publicidades, cambios radicales en las formas de vida, formación de grupos humanistas, etc… Muchas veces se ve reflejadas estas invocaciones inconscientes en un aparente materialismo, como intento de saciar esas necesidades profundas. De esa manera nos damos cuenta que nada nos satisface, y que la necesidad es mucho mas profunda. De esta manera, sufriendo y buscando, se invoca y busca al Cristo, inconscientemente.
 A este tipo de invocación  se le suma una de tipo mas potente y orientada, de aquellas personalidades que han comprendido y aceptado tal estructura subyacente en la evolución, y orientan todas sus fuerzas y voluntad en propagar el Amor de Cristo a través de correctas relaciones humanas, instauración de la Paz mundial, y a través de un elevado Servicio práctico y profundo a la Humanidad.  Al punto que estas personalidades llegan a ser únicamente un canal o instrumento de expresión del Alma, sin necesidades o deseos personales.
 Por “encima” de ellos, están los Guías de la Humanidad que habiendo pasado por el mismo proceso que nosotros, lo han trascendido y ahora Están encargados y con la gran responsabilidad de guiar a la Humanidad en el Sendero de retorno al Hogar del Padre.
 Son los Maestros de Sabiduría y Compasión. Servidores de Cristo, el Maestro de Maestros.

 Analizando y observándonos profundamente, como también a todas las situaciones mundiales y humanas, podemos percibir una constante, y cada vez mas potente, invocación y orientación espiritual, como también variadas situaciones conflictivas y desorganización.
 Todos estos datos, análisis y observaciones nos llevan a afirmar que El Cristo Está entre nosotros, y su manifestación es inminente.

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